Sábado 3 de Mayo de 2025, día 2.
He dormido como siempre en el ferry: estupendamente fatal; este barco es distinto al anterior, que han cambialo la naviera, y es mucho más ruidoso... pero bueno, es lo que hay...
Llegamos puntuales a las 6:30 después de 7 horas de navegación, pero esta vez no he salido el primero, porque han tardado en abrirme la puerta. El plan es salir disparado, porque es sábado y la aduana va a estar a tope. Así que una vez liberado, me voy adelantando con todo el morro a los coches que encuentro, directo al paso de Beni Ensar; le digo a mi nuevo amigo escocés Adam que se venga conmigo, pues me dice que no ha hecho este paso nunca y le viene bien una ayuda. Así que vente Adam ya verás que bien y rápido pasamos.
Efectivamente la aduana tiene ya una cola tremenda... yo me cuelo sin problema, porque mi motillo es muy chica, pero a mi compañero le cuesta algo más ya que su moto es bastante más grande. Por fin, nos ponemos los primeros, no sin algún pequeño conflicto, que llega otro grupo de motoristas, que se me quieren poner delante... y digo no.
Paso sin más problema, tanto la Guardia Civil como los Gendarmes son tan amables como siempre, y me dan mi tarjeta de importación temporal, invitándome a su precioso país. Gracias por adelantado, Marruecos.
Ya en Nador, me paro a recargar la tarjeta del teléfono, Adam se apunta también a comprarse una Sim, y aquí ya nos despedimos, cada uno se va por su camino. Yo suelo ir un poco más adelante a una cafetería donde me relajo un poco de tanto follón de aduana y me tomo algo tranquilamente, mientras repaso que lo llevo todo bien, antes de empezar a andar con la motillo.
Saco dinero en un cajero y ahora ya sí que me toca hacer el enlace, que es un auténtico rollo de unos 170 km. Me lo tomo con calma... y por fin sobre las 12:00 ya estoy en un terreno mucho más apropiado para mi gusto, pasada la presa del Oued Za.
En el PK 190 necesito hacer un gran rodeo de unos 50 km para ir a rellenar gasolina a Merija. Pasado Matarka me paro un poquillo a descansar pegado a un poste de la luz. Hace bastante calor, son las 14:27 y es la única sombra.
A las 15:37 relleno otra vez gasolina en Anoual.
Me tomo un cafelillo y me doy un gusto de bizcocho de fresa como merienda.
Llevo 400 km, y es buena hora aún; pero buscando y buscando no encuentro sitio que me guste para acampar... así que sigo un poco más y por fin, pasado Talsint, encuentro un huequito muy collejo y bien escondido entre unos olivos. Aquí me quedo.
Aquí estaré muy fresquis. Es un olivar privado, espero no molestar a nadie.
Efectivamente se está muy fresquito.
Me hago mi cenorrio, que llevo desde casa. Los primeros días voy a tope de carga, porque llevo de todo. Tengo sanjacobo que me dio mi madre, patatas con tomate, queso, pan, almendras... ¡llevo de todo!
Y al caer el Sol me meto tan a gustito en mi saco a descansar.
A dormir.